Un desayuno, para que sea saludable, debe incluir al menos tres de los siguientes alimentos:
Leche, porque nos aporta calcio, una sustancia imprescindible para el crecimiento y el fortalecimiento de los huesos por lo que está especialmente indicada para los más pequeños y mayores de la casa. Durante los últimos tiempos se ha introducido también la soja, que a menudo se ingiere en sustitución de la leche, sobre todo en el caso de las dietas vegetarianas. La soja aporta muchas proteínas.
Aceite de oliva, es uno de los ingredientes estrella de la dieta mediterránea y muy recomendable por su alto contenido en ácido oleico. Las virtudes derivadas de su ingesta tienen que ver con su contribución al colesterol bueno.
Pan, aporta hidratos de carbono y una buena dosis de tono vital. Si lo combinas con tomate y aceite, el resultado es la tomaca, muy típico en Cataluña.
Frutas, son ricas y contienen una amplia gama de vitaminas. Las puedes degustar en piezas o en zumos. Los expertos recomiendan ingerir un mínimo de cinco raciones de frutas y hortalizas al día, y qué mejor manera de seguir la norma que empezando por el desayuno.
Miel, junto con el azúcar contribuyen a endulzar nuestras mañanas y nos llenan de vitalidad.
Cereales, son una fuente de hidratos de carbono, o lo que es lo mismo, de energía. En el supermercado los encontramos con copos de maíz muesli, chocolate, frutas… Con ellos se hacen también la mayoría de las galletas.
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